El sueño es un enigma que la medicina del sueño intenta descifrar. Esta disciplina se enfoca en el estudio, diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño, aquellos que afectan la calidad, duración y eficiencia del dormir. Se basa en la comprensión de la fisiología del sueño y los factores que pueden afectarlo. Dormir es un proceso tan complejo como vital para nuestra salud. Sin embargo, para muchos el buen sueño se ha vuelto inalcanzable. Esto hizo surgir una nueva especialidad, la medicina del sueño, para ofrecer respuestas y soluciones a lo que ya es un problema de salud pública que afecta al 40 por ciento de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La salud depende de un buen descanso
Lejos de ser un simple estado de inactividad, el sueño es una compleja danza de funciones cerebrales, eléctricas y hormonales. Durante el sueño, nuestro cuerpo se repara, consolida la memoria, regula las emociones y se prepara para un nuevo día. No dormir lo suficiente o hacerlo de forma deficiente puede tener graves consecuencias para nuestra salud física y mental, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad, depresión y ansiedad.
Un equipo multidisciplinario de especialistas compuesto por neumólogos, neurólogos, neurofisiólogos, psiquiatras, odontólogos, psicólogos y tecnólogos del sueño, trabajan en conjunto para comprender las causas de los problemas del sueño y ofrecer soluciones personalizadas a cada paciente. Las herramientas de la medicina del sueño son tan variadas como los propios trastornos. Se enfocan en evaluar las fases del sueño, a través de: polisomnografías (estudio del sueño en el laboratorio), actigrafías (monitorización del sueño en el hogar), electroencefalografías, tests de apnea del sueño y estudios de movimientos oculares. Los estudios permiten a los especialistas obtener una radiografía completa del sueño del paciente, identificando las alteraciones que lo perturban, para definir tratamientos específicos.
Trastornos del sueño
Los trastornos del sueño abarcan una amplia gama de condiciones que afectan la calidad y la cantidad del sueño. Algunos de los más comunes son:
- Insomnio: Dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertarse demasiado temprano.
- Apnea del sueño: Interrupciones de la respiración durante el sueño debido a la obstrucción de las vías respiratorias o a la falta de señales cerebrales para respirar.
- Narcolepsia: Trastorno neurológico que causa somnolencia extrema durante el día y episodios repentinos de sueño.
- Síndrome de las piernas inquietas: Sensaciones desagradables en las piernas, a menudo acompañadas de la necesidad de moverlas para aliviar las molestias.
- Trastorno del Comportamiento del Sueño REM: Comportamientos anormales, como movimientos violentos o gritos, durante la fase de movimientos oculares rápidos (REM) del sueño.
- Trastornos del ritmo circadiano: Desajustes en el reloj biológico interno, que pueden provocar problemas de sueño, como el síndrome de retraso de fase o el síndrome de avance de fase.
- Hipersomnia: Excesiva somnolencia diurna o la necesidad de dormir durante periodos prolongados.
- Parasomnias: Comportamientos anormales durante el sueño, como sonambulismo, bruxismo, terrores nocturnos y pesadillas.

Imagen: Adrian Swancar en Unsplash.com
Las causas y sus tratamientos
Las causas de los trastornos del sueño son tan variadas como los propios trastornos. Algunos de los factores que pueden influir son:
- Biológicos: Edad, sexo, genética, enfermedades crónicas.
- Psicológicos: Estrés, ansiedad, depresión.
- Ambientales: Ruido, luz, cafeína, alcohol, medicamentos.
- Hábitos de sueño: Horario irregular, siestas largas, uso de pantallas antes de dormir.
El tratamiento depende del tipo de trastorno y de la severidad de los síntomas. Algunas de las opciones disponibles son:
- Cambios en el estilo de vida: Mejoran la higiene del sueño, regulan el horario de dormir y evitan ciertas sustancias, como cafeína o alcohol.
- Terapia cognitivo-conductual: Modifican las creencias y comportamientos que dificultan el sueño.
- Medicamentos y dispositivos de asistencia respiratoria: Ayudan a conciliar o mantener el sueño; tratan la apnea del sueño y la narcolepsia.
- Terapias alternativas: Melatonina, valeriana y otras hierbas relajantes, yoga, meditación, mindfulness y frecuencias vibratorias, entre otras.
La investigación en medicina del sueño avanza a pasos agigantados. Nuevos descubrimientos sobre la fisiología del sueño, el desarrollo de tecnologías de diagnóstico y tratamiento más precisos, así como la creciente conciencia sobre la importancia de un buen sueño reparador, auguran un futuro esperanzador para quienes buscan descifrar los misterios del sueño y disfrutar de un descanso saludable. Si experimentas problemas para dormir, no dudes en consultar con un especialista en medicina del sueño. Un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado te ayudarán a encontrar el camino hacia un sueño profundo y reparador, la llave para una vida más saludable y plena.
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