Una almohada adecuada no solo mejora la calidad de tu descanso y te ayuda a dormir bien, sino que también puede prevenir dolores de cuello, espalda y hombros. Con la amplia variedad de opciones disponibles en el mercado, puede ser abrumador elegir la almohada para tus necesidades específicas ¿Qué es necesario tener en cuenta y qué dicen las pruebas científicas? Ya te ofrecimos consejos para encontrar el mejor colchón. Ahora, en esta guía fácil, te brindamos tips útiles para encontrar la almohada ideal que se adapte a tu estilo de sueño, problemas de salud y preferencias personales.
- 1. Considera tu posición para dormir
Si duermes boca arriba, una almohada de firmeza media es ideal para ti. Busca una almohada que ofrezca soporte para el cuello y mantenga la cabeza alineada con la columna vertebral. Las almohadas de espuma viscoelástica o látex pueden proporcionar el soporte necesario y adaptarse a la forma de tu cabeza. Este estudio ha señalado que este tipo de almohadas podría complementar de manera beneficiosa un tratamiento quiropráctico.
Si duermes de lado, es fundamental que mantengas una buena alineación del cuello y la columna vertebral. Opta por una almohada más firme y de mayor altura que rellene bien el espacio entre el hombro y la cabeza. Las almohadas ortopédicas, de plumas, relleno de poliéster o espuma ajustable pueden ser buenas opciones.
Si prefieres dormir boca abajo, una almohada suave y plana es la mejor opción para evitar la tensión en el cuello y la espalda. Las almohadas de plumas o relleno de poliéster de baja altura pueden ofrecer el confort necesario.
- 2. Ten en cuenta tus necesidades de salud específicas
Si experimentas dolor de cuello o espalda, una almohada ortopédica puede ser una buena inversión. El diseño de las almohadas ortopédicas se ajusta a pautas que garantizan el soporte adecuado de la curvatura cervical. Un estudio que comparó diferentes formas y contenidos de almohadas en la curvatura cervical encontró que las almohadas ortopédicas eran mejores que las viscoelásticas y las de plumas en cuanto a comodidad, y además ofrecían un aumento de la temperatura menor.
Para quienes sufren de alergias, se recomienda una almohada hipoalergénica, con rellenos y cubiertas resistentes a los ácaros del polvo y otros alérgenos, de preferencia que tengan fundas lavables para mantenerlas limpias y frescas.
Si roncas, una almohada antirronquidos puede ayudarte a reducir este problema, al sostener cabeza y cuello en una posición que mantenga abiertas las vías respiratorias. Las almohadas de espuma viscoelástica inclinadas pueden ser especialmente efectivas.
- 3. Evalúa pros y contras del material
La espuma viscoelástica es conocida por su capacidad de adaptación al contorno del cuerpo, por lo que ofrece soporte y confort personalizado, pero puede retener el calor, por lo que es mejor elegir una opción con tecnología de enfriamiento si esto te preocupa.
Las almohadas de plumas y plumón son suaves y ligeras, con sensación lujosa. Sin embargo, suelen hundirse “de más” y no proporcionar suficiente soporte para algunos, además de que algunas personas sensibles pueden experimentar alergias a este material.
El látex ofrece un soporte firme y duradero. Es una excelente opción para quienes buscan una almohada ecológica y resistente a los alérgenos.
Las almohadas de relleno de poliéster son asequibles y fáciles de cuidar. Dan una variedad de opciones de firmeza, pero pueden perder su forma con el tiempo.
El tamaño de la almohada también es un factor importante a considerar. Las almohadas estándar son adecuadas para la mayoría de las personas, pero si prefieres más espacio, puedes optar por una almohada queen o king. Asegúrate de que el tamaño de la almohada se ajuste bien a tu cama y funda.