Cuidado: insomnio embotellado.
En la búsqueda constante de energía y rendimiento, muchas personas recurren a las bebidas energéticas como una solución rápida. Pero este impulso en botella puede causar trastornos en el descanso más significativos de lo que se creía. De acuerdo a una investigación reciente publicada en el British Medical Journal Open, existe una asociación entre la ingesta de bebidas energéticas, el insomnio y la mala calidad del sueño entre los adultos jóvenes.
El estudio utilizó datos de 53,226 personas de entre 18 y 35 años, y exploró los hábitos de sueño y consumo de bebidas energéticas de los participantes.
Los hallazgos fueron claros: las personas que consumían bebidas energéticas de forma regular dormían menos horas y experimentaban más interrupciones en su sueño. Incluso aquellos que consumían bebidas energéticas solo una a tres veces al mes, reportaron problemas de sueño. Este vínculo se hizo más evidente entre los consumidores diarios, quienes dormían un promedio de 30 minutos menos por noche y tenían más probabilidades de despertarse durante la noche.
Las bebidas energéticas contienen estimulantes como cafeína y otros ingredientes como taurina, vitaminas del grupo B y azúcares. Están diseñadas para mejorar el estado de alerta, la concentración y el rendimiento físico. Aunque pueden ofrecer un impulso temporal, su consumo frecuente o incluso ocasional puede tener consecuencias no deseadas para el descanso.
La estimulante cafeína
La principal culpable de los disturbios es la cafeína, potente estimulante del sistema nervioso central. Esta sustancia puede aumentar la vigilia y retrasar el inicio del sueño al bloquear la adenosina, un neurotransmisor que promueve el sueño. Además, la cafeína puede alterar el ciclo de sueño-vigilia y reducir la calidad del sueño al aumentar la cantidad de tiempo que se pasa en las etapas ligeras del sueño.
El consumo frecuente de bebidas energéticas no solo afecta el sueño inmediato, sino que también conlleva consecuencias a largo plazo. La falta de sueño de calidad trae consigo una serie de problemas de salud que incluyen posible obesidad, padecimientos cardiovasculares, fatiga crónica, disminución del rendimiento académico y laboral, y otros muchos trastornos.
Si decides consumir una bebida energética, es recomendable hacerlo temprano en el día para minimizar su impacto en el sueño nocturno. Los efectos de la cafeína pueden durar entre cuatro y seis horas, por lo que consumir una bebida energética en la tarde o noche puede dificultar conciliar el sueño.
Además, es importante no combinar bebidas energéticas con alcohol. La cafeína puede enmascarar los efectos del alcohol, lo que propicia un consumo excesivo y aumenta el riesgo de problemas de salud. El alcohol por sí mismo también puede obstaculizar la llegada de la necesaria fase de sueño profundo o de ondas lentas.
Para aquellos que buscan un impulso de energía sin los efectos negativos de las bebidas energéticas, hay alternativas más saludables. El ejercicio cotidiano, una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y proteínas, y mantener una buena higiene del sueño pueden ayudar a mejorar los niveles de energía de manera natural. También es beneficioso tomar descansos regulares durante el día y mantenerse hidratado.