Durante la noche las personas cambiamos de postura alrededor de 50 veces. En estos movimientos, las vértebras cervicales, lumbares y dorsales se contraen y se reacomodan. Un buen colchón debe permitir que las vértebras se apoyen sin forzar, para evitar desagradables malestares diurnos como contracturas, y también porque si el cuerpo no puede acomodarse y abandonarse al sueño, éste se interrumpirá con facilidad.
Hay tantos tipos de colchones que podemos marearnos a la hora de elegir uno. La diferencia principal entre ellos es el material del que están rellenos. Según los especialistas, un buen colchón es aquel que tiene una capa suficientemente gruesa de espuma para acomodar las partes salientes del cuerpo (hombros y caderas), y que también permita mantener la columna en posición horizontal. Un colchón muy blando hará que ésta se curve, pero uno muy duro no dejará que el cuerpo se hunda un poco, provocando otro tipo de curvatura y el consiguiente malestar. El colchón ideal es aquel que combina flexibilidad y rigidez. Pero, ¿qué materiales son los mejores para que esto se logre? ¿Y qué tamaño es el ideal?
Ante la variedad de opciones a la venta es importante conocer todos los factores que influyen en la calidad de un colchón y, por lo tanto, en la calidad del sueño. Sigue leyendo:
¿Cuál es el mejor material para un colchón?
Los materiales más comunes en colchones son memory foam, látex, espuma de poliuretano, híbrido y resortes. Veamos las características de cada uno.
El colchón de memory foam es hipoalergénico y adecuado si buscas buen soporte de columna y sueles tener dolores de espalda o problemas de circulación sanguínea, pero no funciona tan bien si necesitas más firmeza, no te gusta sentirte envuelto o necesitas una mayor circulación de aire. Por otra parte, este tipo de colchones no son económicos.
El colchón híbrido regula la temperatura (útil si sudas mucho en la noche) alivia la presión y distribuye el peso, por lo que funciona bien si duermes en pareja, porque amortigua los movimientos que podrían despertarte. No es muy liviano, esto es algo a tener en cuenta si debes moverlo seguido o hay que subirlo por escaleras.
El colchón de látex es transpirable, antialérgico y tiene buena durabilidad y amortiguación. Es liviano, fácil de mover, pero no económico.
El colchón de resortes es firme, estable y resistente. También es ideal si sueles sentir calor por la noche, porque tiene gran circulación de aire. Pero puede hacer ruido si te mueves mucho y es algo pesado.
El colchón de espuma es el más barato, es ligero con un soporte de medio a firme, pero dura menos que los demás y no se adapta tanto al cuerpo. Si pesas más de 90 kilos no es recomendable.

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¿Qué es mejor, un colchón firme o uno blando?
La respuesta es “depende”. Un colchón más duro o firme da mayor soporte y ayuda a que la columna esté alineada, pero si es muy duro puede doler en algunos puntos de presión.
Uno más suave puede provocar dolor de espalda porque puede curvar demasiado la columna.
Además, hay que tener en cuenta que los niveles de firmeza no son estándar, varían de acuerdo a cada marca. En la actualidad muchas marcas ofrecen la posibilidad de probar un colchón, lo que se agradece a la hora de hacer una compra tan importante.
Cuanto más peso tenga una persona más firme necesitará su colchón. La posición al dormir también influye en el tipo de colchón que podría ser adecuado para nosotros. Si duermes de espalda, un colchón de medio a firme de espuma, memory foam, híbrido o látex, brindará apoyo a zona lumbar. Si descansas boca abajo, uno de resortes, firme o extra firme, evitará que tu columna se curve de más. Para los que duermen de lado un blando o medio es lo ideal, de memory foam o látex que alivian la presión en hombros y cadera. Para los movedizos que duermen en varias posiciones, un híbrido, de látex o espuma, de firmeza media, ofrece las características de adaptabilidad.
Otro punto a considerar es el tamaño del colchón a elegir.
¿Cuánto quieres que mida tu colchón?
Si duermes en un colchón de un tamaño que te impida moverte con fluidez, pronto tendrás contracturas o sueño fragmentado. Un colchón individual mide 190 x 100 cm, uno matrimonial, 125 x 190 cm. El colchón Queen Size, por su parte, mide 150 x 190 y el King 190 por 200 cm. También existe el California King, de 213 x183 cm.Si compartes cama es esencial elegir uno de los más grandes, sobre todo si suelen moverse mucho o son personas altas o corpulentas. Recuerda que tus extremidades no deben de salirse del colchón, los expertos recomiendan que el colchón tenga por lo menos 10 cm más de largo que la altura de la persona que lo usará.
Elegir una almohada
La almohada es otro elemento del buen descanso que es necesario elegir con precaución. Para hacerlo:
• Ten en cuenta que el relleno debe ir cediendo lentamente. Debe tener la flexibilidad necesaria como para irse adaptando a la forma del cuello y posición al dormir. Una almohada muy sólida puede deformarse y tendrá que cambiarse muy rápido.
• Comprueba que mantenga su forma. Si la almohada se deforma puede causar diversos estiramientos molestos en el cuello.
• Antes de cambiarla o darte por vencido, prueba con una toalla como suplemento. Quizás necesites una almohada más alta.
Con información de PROFECO y Héroes del descanso.